domingo, 3 de septiembre de 2017

La ilusión de un regalo,






Este trabajo es tener que poner un nombre imaginario a un lugar, animal, o un objeto diverso y escribir sobre el, las alegrías tristezas, emociones e ilusiones que te hagan sentir mientras convivan con el mi relato es el siguiente.

La ilusión de un regalo
      
J. Montealegre 

El día que mi madre me regalo un marumito, fue algo muy importante en mi niñez, pues en aquel momento era impensable que al cabo de tantos años me hiciera  tanta ilusión recordarlo.
Yo era hijo único de una familia acomodada y sin estrecheces económicas, tenia muchos juguetes, cuentos, puzles y cantidad de cosas con que entretenerme.
Un día mi madre al regreso de un pequeño viaje me dio como regalo un pequeño paquete, cuando desenvolví el regalo me sorprendí, al ver el marumito, porque era distinto a todo aquello que yo tenía, desde aquel instante y asta varios años después el marumito pasaba conmigo la mayor parte del día, por la noche le ponía en mi cama, iba conmigo al baño, ala mesa en las horas de la comida, cuando hacia los deberes y mientras jugaba con otras cosas.
Cuando venían a mi casa, mis primos o mis amigos,  todos mis juguetes estaban a su disposición, para que jugaran con ellos, menos marumito, porque el era exclusivamente para mi e intocable para los demás.
Hoy al revolver en el desván de la casa de mis padres  vi una vieja caja metálica, y la curiosidad me hizo que la abriera, cual fue mi sorpresa al ver en su interior a marumito, aquel juguete tan querido en mi niñez, y olvidado durante tantos años.
Por ese motivo, hoy no he podido resistir, a la tentación de tener que dedicarle unas líneas aquel juguete que me hizo pasar tantas horas felices en mi niñez. Por eso nunca olvidaré el día que mi madre me regalo el marumito.                                                 

                            
El dí

martes, 11 de julio de 2017

El puente de la vida




El puente de la vida
                                                                                           
                                                                                           J. Montealegre.
Este es un  trabajo realizado sobre los puentes que hay en la vida, no son solamente aquellos que las personas cruzan ríos, barrancos, también sirven para que las culturas, civilizaciones, ideas, etc, no se queden paralizadas en una orilla sin poder cruzar ese abismo, que, en muchas ocasiones creamos las personas.


En este curso, hemos hablado sobre muchos puentes, pero no lo suficiente del puente de la vida, tan fuerte y frágil a la vez. Fuerte porque cuando sus pilares y tirantes están afianzados, a su alrededor se van formando ramificaciones, de otros puentes que él ayuda a formarse, aunque no todos llegan a su madurez.              

 Las personas ancianas, se están debilitando en su labor como puente, porque sus pilares y sus tirantes se han deteriorado con el paso del tiempo y cuando se derrumben caerán, en un profundo abismo del cual no  volverán.                                                                          
 La persona adulta, es la más fuerte porque es el  pilar de los puentes ya que ha ido formado, con el tiempo, a su alrededor hogar,  hijos...                                                       
Los adolescentes y jóvenes, son frágiles en  sus pilares y cimientos, al estar fortaleciendo su estructura, con los estudios y las experiencias contraídas, para en el futuro enfrentarse a la vida.                                                              

 Los bebés, son los más débiles pues no se han formado aún sus cimientos y pilares.      
 Cuando un puente material se derrumbó, arrastrando con él a personas mayores, adultas, jóvenes y bebés, no sirve de nada la fuerza que el puente de la vida pueda tener, ellos caen en el profundo abismo, solo nos queda aquello que nos dieron, alegría cariño y su recuerdo.                                                                                                     

 Hace algún tiempo leí un libro, El puente de San Luis Rey (Thornton Wilder). No sé porque al oír la noticia del accidente aéreo ocurrido en el pirineo francés, me vino a la memoria dicho libro debido a que  personas desconocidas entre sí que  venían o iban a establecer puentes, culturales, comerciales, turísticos y docentes, encontrando todos el mismo FIN.  
          
  

   

miércoles, 5 de julio de 2017

Ser cantabro
                                                           Jacinto Montealegre.
Casa de juntas 1778

 ¿Qué es ser cantabro? Esta pregunta me la he repetido muchas veces durante los últimos treinta años porque me causa confusión, no comprendo cuando digo que no soy cántabro (llevo viviendo en Cantabria muchos años) siempre me dicen lo mismo, el buey no es de donde nacen sino de donde pace, me lo han repetido infinidad de veces. Yo vine a Cantabria cuando aún era una provincia de Castilla / León, he seguido su evolución viéndola formarse como región autonómica, crecí y madure durante su formación, pero no por eso voy a olvidar mis raíces, y sentirme orgulloso al conmemorar el nueve de Octubre, (1238)cuando empezó a gestarse el reino de Valencia.
    Donde esta toda aquella alegría y la ilusión con que se recibió el nombramiento  autonómico en su día. Mi confusión nace por lo siguiente, Hay cierto porcentaje de los que han nacido, criado y establecidos en Cantabria, que cuando llega el 28 de Julio unos por ignorancia y otros porque quieren ignorarla, y le dan la espalda, pasan de largo de esta fecha.
       No es mi intención hacer un historial de este día, pues todo aquel que esté interesado puede buscarlo en la wikipedia y en libros sobre este hecho, si de verdad siente que es cántabro, lo que no concibo es que prefieran la fiesta patronal de una ciudad o población cualquiera a la conmemoración de la fecha que le da sentido aquello de lo que tanto se sienten orgullosos,cuando se habla de Cantabria.
     Me gustaría que me explicaran, porque el  28 de Julio cuando es fiesta autonómica la menosprecian con los siguientes comentarios, que sentido tiene esta fiesta,no hay otras fiestas mejor que celebrar, vaya moda que han sacado con esta fiesta etc. etc. Estas son las fiestas que según ciertos cántabros deberían tener prioridad.                                                                           Día 15 Septiembre(La Bien Aparecida). Desde 1905 es patrona de la diócesis y región, habiendo sido coronada canónicamente por el obispo Jose Eguino y Trecu en 1955. Es lo más parecido al día oficial de la comunidad, aunque oficialmente Cantabria nunca ha establecido un día de su Comunidad  Autónoma. 
   Día 30 de Agosto(Los Santos Mártires). El obispo de Santander, Rafael Tomas Menendez de Luarca (1784-1819), en breve del 30 de Septiembre 1791,los declaró Patronos de la Diócesis de Santander no de Cantabria. 
     Fue en 1848 cuando se trasladó a la nueva capilla de la loma de miranda. Muy cerca se encontraba un merendero regentado por un vecino llamado Santiago, donde se celebraban las verbenas. El éxito de estas fiestas populares, animó al Ayuntamiento aprovechar el nombre de este conocido personaje para ampliar con ferias y las tradicionales corridas de toros, los festejos veraniegos de la ciudad, así nacieron las fiestas de Santiago. 
      Las fiestas de la Virgen del Mar, es la efemérides en honor a la patrona de Santander (declarada como tal desde 1980), que se celebra el lunes siguiente al domingo de Pentecostés. 
Casa de juntas actual
  Con la celebración del 28 de Julio se conmemora la constitución de la provincia de Cantabria por la unión de los nueve valles el 28 de Julio de 1778 en la casa de juntas de Puente San Miguel, edificio en el que tienen lugar los actos protocolarios que corresponden a este día. La provincia tuvo vigencia entre 1778 y 1801. Esta provincia se considera como el origen de la moderna comunidad de Cantabria. Todo en el denominado, Pleito de los Nueve Valles siguientes, Alfoz de Lloredo, Cabezón, Cabuérniga, Camargo, Cayón, Reocín y Villaescus.   Como el pueblo Cántabro con más de dos mil años de historia,orgulloso e independiente, pueden olvidar tan fácilmente la lucha de estos nueve valles en 1778 por unas fiestas nuevas en el tiempo, como no conmemorar lo que tanto desearon tener, un territorio y parte de leyes propias, o sea, una región autonómica.
     Ha estos nueve valles y otros que se fueron uniendo hasta formar lo que es hoy Cantabria, parece ser que a los estamentos gubernamentales civiles y religiosos les es indiferente, todo aquello que estos cántabros puedan sentir referente a este día. 
     Por todo lo aquí expuesto, nace mi confusión.
     











































































  






viernes, 9 de junio de 2017

La chiqueta,



                                               
LA  CHIQUETA

                                              Jacinto Montealegre

Recordando a una abuela
La abuela.
Su nombre era Dolores pero todos la llamaban Sra. Doloretes, era una mujer delgada y no muy alta, mas bien menuda, viuda y madre de seis hijos, cuatro chicos y dos chicas, Antonio (murió muy joven) Fulgencia, Pepe, Andrés, Gabriel e Isabel, de los cinco que le quedaban, dos estaban casados Pepe con tres hijos, todos varones y Andrés con un hijo también varón, por eso su gran deseo era, tener una nieta.

Mi recuerdo.
Todo empieza cuando mi madre (esposa de Andrés) se quedó embarazada de mí, al enterarse mi abuela lo primero que dijo, fue, Dios quiera que sea una CHIQUETA, y con esa ilusión estuvo hasta que yo nací, pero no fui niña sino niño. Siempre oí decir que su decepción fue muy grande, hasta el punto que aun sabiendo que era niño, cuando me cogía en brazos, siempre salía el mismo susurro de su garganta, la meu chiqueta.
Según pasaba el tiempo, yo iba creciendo y los primeros recuerdos de mi abuela son, verla sentada en una silla muy bajita, de madera con el asiento de paja trenzada, sentada en ella me cogía en brazos, acariciándome con gran cariño y susurrándome siempre las mismas palabras. Así transcurrieron mis primeros nueve años que viví cerca de ella, en ese tiempo no comprendía, que no me llamara por mi nombre, porque después de abrazarme y besarme, me decía en voz baja, ¡qué tal está hoy la meu chiqueta! Los tres últimos años, no me gustaba que me dijera chiqueta porque yo era un niño no una niña. Tarde muchos años en darme cuenta de lo que aquello significaba para ella.
Cuando tuvimos que venir a Cantabria, por motivos de trabajo de mi padre, tarde siete años en volver a verla, mi abuela ya tenía  cinco nietas y dos nietos más, pues se habían casado mis tíos Isabel y Gabriel, también había nacido mi hermana.
Cuando volví a verla yo tenía dieciséis años y ella vivía con su hijo Gabriel. Cuando mi padre mi hermana y yo, fuimos a su casa, estaba sentada en su silla, debajo de la higuera que había delante de la casa, con un recipiente entre las piernas pelando patatas, ella que nos vio acercarnos, dejo el recipiente en suelo se acercó abrazó a mi padre después a mi hermana (que no la conocía)  cuando vino hacia mí se quedó mirándome y según me abrazaba me decía con un susurro la meu chiqueta como a crecido.
Todos los días iba ha verla, unos días comíamos y otros cenábamos, pero los mejores momentos que pasábamos era cuando estábamos solos, porque en aquel tiempo que me cogía la mano, afloraba en ella un sentimiento que tardaría mucho tiempo en comprender.
El día que fuimos a despedirnos cenamos con ella, mis tíos y las primas, al marchar ella nos acompañó varios metros, fuera de la casa, se la veía triste, porque al abrazarme me dijo llorando, no tardéis tanto en volver, pues ya soy mayor y no se el tiempo que viviré.
No volví a verla hasta cuando me case que fui de viaje de novios, para entonces habían pasado diez años, estaba ciega y muy enferma, ya no podía levantarse de la cama, de aquella mujer ágil y dinámica solo le quedaban huesos, piel y un soplo de vida con fuerzas suficiente para mientras me acariciaba susúrrame muy suavemente, (la meu chiqueta) también fueron estas sus últimas palabras cuando me despedí de ella (murió unos meses después) y no comprendí el verdadero valor sentimental que encerraban para ella como para mi, esas palabras, hasta treinta años después, que fue cuando volví a ver a mis tíos y primos, con una laguna de tiempo tan grande, que mi encuentro con ellos fue muy cordial pero un tanto frío y cuando note dentro de mi un vacio que no había notado nunca en mis viajes anteriores ni cuando visitaba a mis tíos, fue entonces cuando me di cuenta que me faltaba aquel abrazo cariñoso acompañado del suave susurro que salía de su garganta. LA MEU CHIQUETA.