jueves, 31 de mayo de 2018

El ahogado



Este relato de misterio le escribí para la revista de Cepa Caligrama de Torrelavega, en el curso, 2009-2010, el cual no fue publicado, hoy al encontrarle, he decidido ponerle en mi blog 


El ahogado
                                                                                                           J. Montealegre. 21-4-2010
      -No fui yo - No fui yo - No fui yo
       El grito lleno de angustia y terror se dejó oír en la noche oscura y en la soledad del campo, mientras la figura de un hombre corría desesperadamente hasta llegar a su casa, era tanto su miedo que no podía abrir la puerta. Por fin entro y la cerró tras él, después se dirigió donde tenía su escopeta de caza y cuando la cogió, se apoyó con la espalda en la pared junto a la cama.
            Su rostro estaba tenso y desencajado, por lo que había oído al pasar por el cementerio. El pánico se apodero de él, y las piernas le flojeaban de tal manera que tuvo que sentarse en el suelo, y así consiguió quedarse dormido.
    -No fui yo grito y al instante se despertó temblando y empapado en un  sudor frío. Sin pensarlo más cogió la maleta y se puso a guardar en ella todo lo que iba a necesitar, junto al dinero que tenía. Todavía no había amanecido, cuando salió de casa y mientras iba caminando, se juró así mismo que nunca volvería a ese lugar. Según iba amaneciendo, Baltasar se alejaba para siempre de aquel lugar.
             
                     Cuando Baltasar recibió aquel paquete, lo miro extrañado y pensó, ¿cómo después de tantos años  habían conseguido encontrarle?, pues a nadie le había dicho su paradero y lo más extraño era,  que el remite venía a nombre de Luís su amigo de la infancia.
 En el interior del paquete había, una prenda de ropa, una careta y una carta. La prenda era un buzo de trabajo de color azul oscuro pintarrajeado con pintura fluorescente, lo mismo que la careta. No entendía que relación podía tener todo aquello con él, solo la carta podía sacarle de dudas y se puso leerla:
3 de octubre 1960:         ¡Querido Baltasar!: 
Cementerio
C  Cuando leas estas líneas comprenderás muchas cosas, por eso te rogamos,  Sebastián, Julio y yo que nos perdones por el daño que te hemos podido causar.
Todo empezó cuando apareció un hombre ahogado  en la entrada del puerto, nadie le conocía por eso le llevaron al pequeño deposito que había en el cementerio para que le hiciera la autopsia el Doctor. Pascual, forense de la zona.
Por eso cuando te reuniste con nosotros,  venias desencajado por causa de haber visto hacerle la autopsia. Entonces se nos ocurrió hacerte una broma, pues siempre  presumías de no tener miedo y de tener los mejores vecinos pues nunca te molestaban, ni te decían nada , lo mismo de día que de noche estando oscura, con tormenta o hubiese  niebla tu pasabas silbando o cantando y nunca  te decían nada.
   

 Aquella noche al salir del bar, Sebastián y  julio te acompañaron al final del pueblo, yo me fui en otra dirección con un paquete bajo el brazo, cuando ellos se despidieron  de ti, julio te dio una linterna te dijo que era nueva y que la probaras porque la noche era muy oscura. Te fuiste silbando como siempre y ellos te siguieron a cierta distancia.

Al pasar por la puerta por del cementerio para ir a tu casa, se oyó una voz extraña y profunda que te llamaba ¡BALTASAR! ¡BALTASAR!
Al oír aquella voz encendiste la linterna y la dirigiste hacía de donde salía la voz, lo que viste fue algo horrible, entonces la voz se volvió a oír.
 BALTASAR---BALTASAR---TU—QUE---ME HICISTE –LA—AUTOPSIA— ME LAS --BAS –AAA—PAGAAAR.
      Entonces la linterna cayó al suelo y tú saliste corriendo y gritando.
      Fue el Doctor Pascual no fui yo—no fui yo---no fui yo--- no fui yo---no fui yo.



martes, 22 de mayo de 2018

Diego Velazquez

    
       Este trabajo ha sido hecho para dar a conocer un poco más la vida y obra de Diego Velázquez, a los integrantes de el Centro de Mayores Ramiro Bustamante de Torrelavega.