jueves, 8 de diciembre de 2016

Suances bajo la tormenta,




En otoño son frecuentes las tormentas, en las zonas costeras suelen venir de mar adentro, mayormente son muy fuertes, oscuras y gran aparato eléctrico, en este trabajo, me estoy imaginando como seria una tormenta de esta magnitud, sobre la villa costera de Suances, (Cantabria),con una cámara fotográfica de ficción y dejando correr la fantasia este es el resultado. 
                                                         
Playa de la Concha y península del Dichoso
La ria con Cuchia al fondo
Hotel Albatros, coronado con relámpagos
Hotel Costa Esmeralda entre dos luces
Punta Ballota con cortina de rayos
Playas de Garrera y La Concha
El faro alumbrado por el relámpago
Playa de Garrera (Los Locos) con la tormenta al fondo
La riberuca desde el mirador de La Cuba
El Castillo con La Gerra al fondo
                                           
                                                  
                     




  

domingo, 28 de agosto de 2016

Barcena Mayor (con otra mirada),



Barcena Mayor, pueblo de bellezas escondidas, regado por el Argoza, hundido entre montañas, rincones de los mas bellos de España y de los mas antiguos de Cantabria, uno se da cuenta de lo que esta viendo, cuando empieza a andar por cualquiera de los caminos que están en su entorno, bien el que sube a la Guarda, a la Mailla, a Balneria, Fuente Clara, el Carmen camino de las Brañucas, etc, desde donde siempre hay un punto que se divisa el pueblo de una manera u otra, pero todas con un encanto especial.
Todo esto admirado y andado por mi durante varios años, ha sido lo que me ha hecho  ver estos rincones con otras perspectivas,a si me los he imaginado, unos en un claro del bosque, o saliendo de una oscuridad, o en una cueva marina, o envuelto por una ola, así asta doce, son unos pocos de la variedad que hay en este pequeño pueblo.
 Cuando abráis este documento y contempléis las fotos, veréis  que con imaginación, lo mismo de todos los días se puede ver de otra manera. 
Amanece en Barcena Mayor
   

Entre nubes poco a poco apareces,

al despertarte con las nieblas matutinas,
rompiendo las brumas de la mañana,
que por la noche con la escarcha te cubrían. 



saliendo de una cueva 





Todo es tranquilo y apacible,
sus calles desiertas están, 
los visitantes que llegan,
bien te pueden contemplar,



Entre las aguas marinas





En fondo marino pareces estar,
rodeado de rocas y corales,
hayas en el pórtico de la iglesia,
un lugar de descanso y paz.




Casonas en un claro del bosque






En este claro del bosque,
el sol sus rayos quiere filtrar,
para alumbrar la balconada,
que tanto les gusta admirar.



La continuación del camino.







Al borde del camino sombrío,
este oscuro rincón aparece,
el verde del musgo y las hojas,
a su oscuridad embellece.




Arco sobre puente




Puente centenario permaneces en el tiempo,

personas animales y trasportes rodados,
vientos, lluvias y nieves tu has soportado,
cuantas cosas vividas y nada has contado.



En un pequeño barranco



Surgida entre peñascos,
verde y esbelta apareces,
tu siempre hermosa seras,
allí donde tu figura emerge.




Envuelta en oro pareces







Tantas flores tiene tu pequeño balcón, 
que estalactitas colgantes parecen,
puedes cambiarlas de forma y color,
cuando en primavera florecen.




Agua y abrevadero 





Una ola te parece envolver,
siendo y eres de tierra adentro,
nada tienes porque temer,
estando curtida de fríos y vientos.


Tu presencia engrandece.








Esbelta esta la Peña,
vista observada desde el puente,
su figura majestuosa impone,
a todo aquel que la contemple.





Abriendo la negra cortina



Negras sombras se ciernen,
sobre la calle mas transitada,
no crecerán durante la noche,
humo se harán de madrugada.




Al final del bosque




las sombras del bosque desaparecen,
el sol en tus casas resplandece,
bella imagen de ensueño florece,
bonito es soñar si el sueño engrandece.


jueves, 4 de agosto de 2016

Atardeceres,

Cuando una persona, en cualquier lugar del mundo, se puede sentir, sola, agobiada, triste, desgraciada o su estado de animo se sienta decaído, que busque un lugar donde pueda contemplar un bello atardecer, sentirá como su espiritu se serena, la paz tranquilizara su ser y puede dejar volar su imaginación, y expresar lo que siente, según el atardecer que contemple.
                                                                                   J. Montealegre.





Atardece en la ahlambra,
testigo de amores y engaños,
recordados en varios siglos,
por árabes y cristianos.






Sombras en el atardecer del abismo,
la luz muere y todo oscurece,
cuando mas alto se contempla,
en lo mas profundo se estremece.







 Contemplando el atardecer,
esperando a su presa parece,
mas cuando llegue la noche,
ambas en las sombras adormecen.




Que atardecer más hermoso,
te invita a soñar cuando pescas,
que tu pesca sea tan grande,
como la dicha que a tu regreso te espera.







Palmeras muertas parecen,
sus palmas se doblan en reverencia, 
viendo tan hermoso atardecer,
que la noche negra se lleva.




Lago luminoso y brillante,
a la luz del día pareces
mas al atardecer oscureces,
y en la noche tu brillo muere.








En un día oscuro y gris,
su atardecer triste languidece,
en el horizonte lejano del mar,
no hay navíos que se mueven.





Nos parece raro y extraño,
díganme ustedes por que,
no es como un color cualquiera, 
este morado atardecer.







    Que bien divisan el sol,
    un grupo de aves en el árbol,
    cuando el día muere, 
    en un atardecer de   verano.





Pinos sin fruto son,
piñas de ellos no nacen,
pero el sol les sonríe,
en un atardecer brillante.




        


Tranquila apacienta la manada,
un árbol contempla las nubes,
cuando el atardecer oscurece el día, 
la manada de sombras se cubre.







El sol ilumina la luna,
la luna se refleja en el agua,
en el atardecer tranquilo, 
los dos astros se hermanan.




                                                                   


Olas que mecen la arena,
al cielo las nubes enriquecen,
soledad y silencio en la playa,
en un atardecer que acaba y muere.



                                       


Las nubes se tiñen de rojo y azul,
y el campo se vuelve verde,
arco iris de colores,
con el atardecer florecen.







Las palmas abanican el agua,
el mar refleja el brillo del sol, 
el atardecer languidece soñoliento,
mis sueños mas felices y serenos son.



Molinos y aspas aparecen,
en el atardecer tranquilo y sin viento,
unos dicen que están dormidos, 
otros piensan que están muertos.
                     





Carruaje lento caminas,
en un extraño atardecer,
sin ilusión ni esperanza, 
por ver el nuevo amanecer. 



Saltando al borde del agua,
canguro como si de algo huyeras,
en un atardecer soleado,
nunca en la playa temieras.






Dulce beso al atardecer,
sobre piedras blancas desean,
dos enamorados felices darse,
plenos de rubor sombras y belleza.




Erosión durante muchos siglos,

forman un río profundo y violento,
en el Gran Cañón del Colorado,
que hermoso atardecer contemplo.





Al ver este sereno y vello atardecer,
años pasados acuden ami memoria,
que tiempos tan dichosos y felices,
contemplando el mar y Punta Ballota.

En estos lugares que parecen estar muy lejanos, no siempre es así, algunos de ellos están mucho mas cerca de lo creemos, es posible que hallamos estado allí, y no les hemos visto, sucede a veces, lo que mas cercana tenemos es lo que menos vemos. 





































sábado, 16 de julio de 2016

Diario de un viaje muy deseado,

                                                          Jacinto Montealegre.

En la vida hay ilusiones de parejas hechas en su juventud, que por un motivo u otro no llegan a realizarse cuando ellos hubieran deseado y si se realizan algún día nunca serán como ellos habían soñado.  En este trabajo hecho para caligrama deseo explicar lo que le pudo suceder a una de esas parejas que no llegaron a realizar su sueño como ellos deseaban.   

14-mayo -2011.


Son las 11 de la mañana, estoy sentado en la mesa y tengo delante de mí un cuaderno y un bolígrafo, para dejar constancia de mi viaje a París, terminado ayer. Podía demorarlo, pero tengo miedo de olvidar las sensaciones y emociones que sentí durante estos siete días, que tantas veces soñamos Ángela y yo en nuestra juventud.                                                       


Hotel Kyriad (París)
 Día -7- mayo.

Salimos en autobús un grupo de cuarenta y cinco personas, a las siete de la mañana, con destino a París. El viaje fue monótono y un poco pesado, llegando a las ocho de la tarde a nuestro destino, al Hotel Kyriad. 



Jardines de Trocadero y Torre Eiffel
      Día- 8- mayo.

Visitamos la Torre Eiffel, jardines, museos y alrededores de la Plaza de Trocadero. Mirando los jardines desde el mirador, pensé en ti, Ángela, y en lo mucho que te hubiera gustado contemplar aquellos jardines con la torre al fondo, como tantas veces habíamos soñado juntos. Al atardecer, visitamos La Basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, que dicen que es el punto más alto de París, y después recorrimos varias calles de ese barrio, finalizando en la plaza del Tertre, donde se agrupan los pintores. Cómo me hubiera gustado estar juntos, para que nos hubieran hecho un retrato al carboncillo, y después haberlo enmarcado y que presidiera el salón de nuestra casa.

Día- 9-mayo

El Museo de El Louvre
El programa para ese día era visitar Los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, La Plaza de la Concordia y Los Jardines de las Tullerias, por la mañana, y El Louvre, por la tarde. Creo que te hubiera gustado todo menos El Louvre, porque sabiendo como pensabas, me habrías comentado que cómo es que daban tanto valor a unas estatuas estando rotas. A una le faltaban los brazos, la otra tenía las alas rotas... A otras les faltaban los dedos de un pie o de la mano. Quizá te hubiera impresionado un poco la sala de Rubens, pues fue lo que más me gusto, sus pinturas me parecieron grandiosas.




                                    Día 10- mayo


Galerias  Lafayette
Fuimos por la mañana visitar varias iglesias, la de San Sulpicio, la Magdalena, el mercado de las flores de dicho nombre y Nuestra Señora (Notre-Dame) en la cual, después de visitar la planta baja, subimos a las torres del campanario por una escalera muy estrecha en la que solo podíamos ir de uno en uno. Mientras ascendía, vino a mi memoria cuando, de novios, vimos “El jorobado de Notre-Dame”, que tanto te gustó. Por la tarde visitamos el Teatro de la Ópera y cuando salimos del teatro fuimos a los grandes almacenes Galerías Lafayette. Cómo hubieras disfrutado, viendo cuantas cosas bonitas allí había, y me hubieras ayudado a elegir algunos regalos que compré para nuestros hijos.

Teatro del Chatelet
Día 11-Mayo.

Por la mañana, anduvimos por los Campos Elíseos. Vimos el Gran Palacio y el Pequeño Palacio, separados por la avenida Winston Churchill. Pasamos por el Teatro del Chatelet, donde tantas veces cantó Luis Mariano, cuyas canciones te gustaban tanto y tarareabas con bastante frecuencia. Después de comer en un restaurante mediocre, fuimos a pasear por la orilla del Sena. La mayoría del grupo embarcó para hacer un recorrido por el río, pero yo preferí pasear por la orilla. Después de andar largo tiempo me senté en una terraza para esperar al grupo que había embarcado. Se acercó un hombre tocando el acordeón y sus melodías me recordaron el día en que nos conocimos bailando, pues eran del disco “Amanecer en París”, de Aimable. 


Estanque de los Suizos y el Naranjal
Día 12-Mayo.

Dedicamos todo a recorrer Versalles, en dos etapas: el Palacio y el Parque. Empezamos por el Palacio, con sus salones, como el de Hércules, el de la Abundancia, el de Mercurio, y otros cuyo nombre no recuerdo, la galería de los espejos, las cámaras del Rey y la de Luis XV y los gabinetes, el del Chaflán, el del Delfín, el de la Meridiana y el interior del de la Reina.

Al terminar de visitar el Palacio, que es enorme, fuimos a recorrer el Parque, con sus numerosas fuentes, pabellones, gran cantidad de jardines, estanques, miles de flores de gran variedad y al final de la alfombra verde el estanque de Neptuno y el Gran Canal. Cuando terminó la visita por el parque aún nos quedaba un tiempo libre hasta la hora de marchar. Yo me puse a caminar hasta el Naranjal y el Estanque de los Suizos, donde estuve sentado hasta la hora de regresar, en ese tiempo comprendí lo mucho que tú hubieras disfrutado cogida de mi brazo admirando la majestuosidad y esplendor de todos los rincones del palacio, y en el parque contemplando sus fuentes, sus esculturas, la belleza de sus flores y aspirando la fragancia de su aroma.

De regreso a casa
Día 13-Mayo

Emprendimos el regreso hacia España. El viaje no fue tan monótono como el de ida, porque estuvimos hasta la hora de la comida cambiando impresiones de lo que habíamos visto en París. Después de comer la mayoría estaban dormidos  o casi, y entonces fue cuando tomé la decisión de escribir este pequeño diario, porque tengo miedo de que después de algunos años me falle la memoria y no pueda recordar con exactitud todo lo visto. No quiero olvidar lo que soñamos y deseamos en nuestra juventud, y así, cuando pase el tiempo y lea de nuevo este pequeño diario, podré sentir la satisfacción de haber realizado al fin este viaje, por nosotros tan deseado.