sábado, 16 de julio de 2016

Diario de un viaje muy deseado,

                                                          Jacinto Montealegre.

En la vida hay ilusiones de parejas hechas en su juventud, que por un motivo u otro no llegan a realizarse cuando ellos hubieran deseado y si se realizan algún día nunca serán como ellos habían soñado.  En este trabajo hecho para caligrama deseo explicar lo que le pudo suceder a una de esas parejas que no llegaron a realizar su sueño como ellos deseaban.   

14-mayo -2011.


Son las 11 de la mañana, estoy sentado en la mesa y tengo delante de mí un cuaderno y un bolígrafo, para dejar constancia de mi viaje a París, terminado ayer. Podía demorarlo, pero tengo miedo de olvidar las sensaciones y emociones que sentí durante estos siete días, que tantas veces soñamos Ángela y yo en nuestra juventud.                                                       


Hotel Kyriad (París)
 Día -7- mayo.

Salimos en autobús un grupo de cuarenta y cinco personas, a las siete de la mañana, con destino a París. El viaje fue monótono y un poco pesado, llegando a las ocho de la tarde a nuestro destino, al Hotel Kyriad. 



Jardines de Trocadero y Torre Eiffel
      Día- 8- mayo.

Visitamos la Torre Eiffel, jardines, museos y alrededores de la Plaza de Trocadero. Mirando los jardines desde el mirador, pensé en ti, Ángela, y en lo mucho que te hubiera gustado contemplar aquellos jardines con la torre al fondo, como tantas veces habíamos soñado juntos. Al atardecer, visitamos La Basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, que dicen que es el punto más alto de París, y después recorrimos varias calles de ese barrio, finalizando en la plaza del Tertre, donde se agrupan los pintores. Cómo me hubiera gustado estar juntos, para que nos hubieran hecho un retrato al carboncillo, y después haberlo enmarcado y que presidiera el salón de nuestra casa.

Día- 9-mayo

El Museo de El Louvre
El programa para ese día era visitar Los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, La Plaza de la Concordia y Los Jardines de las Tullerias, por la mañana, y El Louvre, por la tarde. Creo que te hubiera gustado todo menos El Louvre, porque sabiendo como pensabas, me habrías comentado que cómo es que daban tanto valor a unas estatuas estando rotas. A una le faltaban los brazos, la otra tenía las alas rotas... A otras les faltaban los dedos de un pie o de la mano. Quizá te hubiera impresionado un poco la sala de Rubens, pues fue lo que más me gusto, sus pinturas me parecieron grandiosas.




                                    Día 10- mayo


Galerias  Lafayette
Fuimos por la mañana visitar varias iglesias, la de San Sulpicio, la Magdalena, el mercado de las flores de dicho nombre y Nuestra Señora (Notre-Dame) en la cual, después de visitar la planta baja, subimos a las torres del campanario por una escalera muy estrecha en la que solo podíamos ir de uno en uno. Mientras ascendía, vino a mi memoria cuando, de novios, vimos “El jorobado de Notre-Dame”, que tanto te gustó. Por la tarde visitamos el Teatro de la Ópera y cuando salimos del teatro fuimos a los grandes almacenes Galerías Lafayette. Cómo hubieras disfrutado, viendo cuantas cosas bonitas allí había, y me hubieras ayudado a elegir algunos regalos que compré para nuestros hijos.

Teatro del Chatelet
Día 11-Mayo.

Por la mañana, anduvimos por los Campos Elíseos. Vimos el Gran Palacio y el Pequeño Palacio, separados por la avenida Winston Churchill. Pasamos por el Teatro del Chatelet, donde tantas veces cantó Luis Mariano, cuyas canciones te gustaban tanto y tarareabas con bastante frecuencia. Después de comer en un restaurante mediocre, fuimos a pasear por la orilla del Sena. La mayoría del grupo embarcó para hacer un recorrido por el río, pero yo preferí pasear por la orilla. Después de andar largo tiempo me senté en una terraza para esperar al grupo que había embarcado. Se acercó un hombre tocando el acordeón y sus melodías me recordaron el día en que nos conocimos bailando, pues eran del disco “Amanecer en París”, de Aimable. 


Estanque de los Suizos y el Naranjal
Día 12-Mayo.

Dedicamos todo a recorrer Versalles, en dos etapas: el Palacio y el Parque. Empezamos por el Palacio, con sus salones, como el de Hércules, el de la Abundancia, el de Mercurio, y otros cuyo nombre no recuerdo, la galería de los espejos, las cámaras del Rey y la de Luis XV y los gabinetes, el del Chaflán, el del Delfín, el de la Meridiana y el interior del de la Reina.

Al terminar de visitar el Palacio, que es enorme, fuimos a recorrer el Parque, con sus numerosas fuentes, pabellones, gran cantidad de jardines, estanques, miles de flores de gran variedad y al final de la alfombra verde el estanque de Neptuno y el Gran Canal. Cuando terminó la visita por el parque aún nos quedaba un tiempo libre hasta la hora de marchar. Yo me puse a caminar hasta el Naranjal y el Estanque de los Suizos, donde estuve sentado hasta la hora de regresar, en ese tiempo comprendí lo mucho que tú hubieras disfrutado cogida de mi brazo admirando la majestuosidad y esplendor de todos los rincones del palacio, y en el parque contemplando sus fuentes, sus esculturas, la belleza de sus flores y aspirando la fragancia de su aroma.

De regreso a casa
Día 13-Mayo

Emprendimos el regreso hacia España. El viaje no fue tan monótono como el de ida, porque estuvimos hasta la hora de la comida cambiando impresiones de lo que habíamos visto en París. Después de comer la mayoría estaban dormidos  o casi, y entonces fue cuando tomé la decisión de escribir este pequeño diario, porque tengo miedo de que después de algunos años me falle la memoria y no pueda recordar con exactitud todo lo visto. No quiero olvidar lo que soñamos y deseamos en nuestra juventud, y así, cuando pase el tiempo y lea de nuevo este pequeño diario, podré sentir la satisfacción de haber realizado al fin este viaje, por nosotros tan deseado.

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